La calidad de vida a largo plazo de los receptores de trasplante de riñón

Resumen

 Introducción: Con el aumento de la esperanza de vida, ha aumentado la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles, como la enfermedad renal crónica. El tratamiento de elección para la enfermedad renal crónica terminal es el trasplante de riñón, a través de donante vivo o fallecido. Existen pocos datos en la literatura sobre la calidad de vida de los pacientes trasplantados y la correlación con el origen del injerto. Objetivos: Analizar la calidad de vida de pacientes sometidos a trasplante renal antes de 2012 en el Hospital Universitário Evangélico Mackenzie. Métodos: Se trata de un estudio observacional transversal. Se seleccionaron pacientes que fueron sometidos a trasplante renal hasta el año 2012, quedando la muestra compuesta por 24 pacientes del sexo femenino (61,5% donante fallecido) y 19 pacientes masculinos (38,5% donante fallecido). Se aplicó el cuestionario Short-Form-36. Los datos fueron tabulados en Excel ® y analizados estadísticamente. Resultados: Los pacientes con donante fallecido tuvieron un exceso de 39 meses de diálisis (p=0,017) y niveles de creatinina mediana inicial más elevados que el grupo de donante vivo (D1: p= 0,001, D3 y D7: p<0,001), con mayor descenso mensualmente en los 8 años del trasplante renal (p<0,001) y menores niveles de creatinina en el séptimo (p=0,008) y octavo año (p=0,037). En relación al cuestionario Short-Form-36, el único dominio estadísticamente significativo fue “Salud Mental”, mejor en el grupo de donante fallecido (p=0,008). Conclusión: La calidad de vida de los pacientes trasplantados de donante vivo y donante fallecido no mostró diferencia significativa, excepto en “Salud mental”, que fue mejor en donante fallecido. Los hallazgos de creatinina fueron mejores en el séptimo y octavo año en los donantes fallecidos, con tasas más altas en la primera semana después del trasplante de riñón, lo que indica una disminución temporal en el grupo de donantes fallecidos.